Como un recuerdo que duerme en la retina, descubrimos un pueblo blanco que parece congelado en el tiempo. Un lugar que esconde magia e historia a partes iguales. Un escenario para perderse entre sus calles sinuosas y sus casas blancas. Un sitio del que enamorarse, o tal vez, en el que enamorarse. Entre la Sierra de Almijara y el mar Mediterráneo, descansa Frigiliana, un precioso pueblo malagueño que huele a mar y sabe a tradición. Un lugar en el que el blanco de sus calles se da la mano con el azul del cielo. Entre sus rincones encontramos una novia tan blanca como la cal de sus paredes. Una mujer que enamora y se deja enamorar. Descubriendo el empedrado de sus calles, sus puertas azules y el contraste de las tejas de sus tejados, la novia avanza entre flores y rejas en un escenario andaluz perfecto. El azul del cielo se conjuga con el de las puertas para mostrarnos a la protagonista de un cuento; un cuento que escribe puntada a puntada el vestido de Victoria Imaz. Su delicado encaje se funde con las calles de Frigiliana en un pulso entre adoquines y bordados. La clásica elegancia de María Baraza nos revela el alma del pueblo andaluz, paseándonos por sus enrejados y flores, haciéndonos viajar hasta el alma de este pueblo mediterráneo. Caminando por Frigiliana descubrimos una novia vestida por Jose María Peiró en un hechizo conformado entre sus encajes y la magia de este pueblo. Entre verdes y tonos terracotas, asistimos a un atardecer único que nos hace seguir soñando. Unas calles blancas, siempre coronadas por los tocados de Martina Dorta, en las que perderse en un cuento que merece la pena ser protagonizado. CRÉDITOS:
Vestidos: Victoria Imaz, María Baraza y José María Peiró Tocados: Martina Dorta Fotografía: Juan Trujillo Peluquería: Rafael Bueno y Moisés Utrera Maquillaje: Ariadna Caparrós Coordinación y estilismo: Rodolfo Mcartney de Noquiero Agencia. Modelo: Cristina Messa
0 Comentarios
Esta colección cápsula titulada Blooming Preface nace con la idea de ser un preludio de una nueva etapa en Beba’s, un nuevo amanecer. La inspiración surge a partir de una fotografía tomada por Belén en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano a comienzos de la Primavera de 2017. En la imagen aparecen pequeñas flores que, en medio de las dunas y a pesar de las condiciones, consiguen sobrevivir y salpicar el paisaje de color y vida. Son en su mayoría flores endémicas que no existen en ningún otro lugar en el mundo. Pequeños detalles salpican los vestidos, jugando a sorprender con guiños imprevistos. Bordados artesanales de inspiración floral trabajados minuciosamente con piedra, organza y terciopelo; una ligerísima organza jacquard con textura en relieve y un volumen que flota; plumeti con efecto copos de nieve que tamiza delicadamente la piel. Los patrones dibujan siluetas que acarician las curvas del cuerpo femenino, resaltando la cintura y acariciando la piel, sin olvidar fluir con la brisa invitando al movimiento y la sensación de libertad, en unos casos a través de volúmenes hiper ligeros y en otros gracias a la caída rotunda del crep satén. Créditos:
Fotos: Juan Villasante Maquillaje y peluquería: Regina Capdevila Pendientes: Daniel Espinosa Zapato: Just Ene Finca: Aalcachucho Flores: Flores en el colum El amor absoluto por la moda bridal no es algo pasajero. Diseñadores, aficionadas, novias, modelos, las revistas de moda más importantes del mundo y las mejores pasarelas (por no hablar de las redes sociales, especialmente Instagram, que ha enloquecido con el fenómeno fan), abren su camino a las tendencias más románticas que existen. Cuanto más se conoce este mundo, más obsesiones genera. Y lo de casarse, en realidad, es algo secundario, es más un gusto por querer sentirse Carrie Bradshaw por un día. La moda bridal, especialmente en los últimos años, es muy cambiante. Las modas van y vienen. A lo largo de los años hemos visto desde escotes bardot, hasta apliques florales, pasando por colores completamente inesperados en la moda nupcial. Eso sin contar con nuevas texturas, siluetas, diseños... En vez de mirar a una pelota de cristal, hemos decidido mirar hacia algunas de las personas más influyentes en la industria para descodificar las mejores tendencias de vestidos de boda en 2019. LAZOS Un año más, lazos. Glamurosos y elegantes, los lazos han sido durante años un must en los vestidos de novia, pero ahora, están utilizados más sutilmente, aportando un toque chic y femenino al diseño. GRANDES FALDAS Es cierto, la falda con vuelo está oficialmente de vuelta y en esto, casi todos los diseñadores están de acuerdo. Añaden, además, que tras la histeria global que se ha desatado con las dos bodas reales este año, el próximo 2019 será un año de abundante elegancia y sofisticación en cuanto a los diseños se refiere. Los vestidos estilo princesa, ofrecen un aura dramática diferente a los típicos fluidos que estamos acostumbradas a ver últimamente. APLIQUES DE ENCAJE El encaje siempre ha estado vinculado con el mundo de las bodas, pero en 2019 esperamos que esta unión se alce a un lugar aún más destacado, las novias buscan texturas como si de apliques en 3D se tratasen, para hacer sus vestidos aún más impactantes. SATÉN Ha sido la textura del 2018 y lo seguirá siendo durante el 2019 también. Hablábamos antes del glamour que se espera en los diseños tras el impacto de las bodas reales, y ¿creéis que existe algún tejido más glamuroso que este? Indudablemente, no. DOS PIEZAS
Vale, no son técnicamente vestidos, pero son bridal trend sin lugar a duda. Trajes, chaquetas, faldas, crop tops y, ¡hasta pantalones cortos! Estamos preparadas para todo lo que venga para este próximo 2019, porque si las reglas existes, habrá que pensar en romperlas, ¿no creéis? |
Boga MagazineTodas las novedades, noticias y tips que una novia debe saber en un solo blog Archivo
Enero 2021
Categorías |