Ni altos ni bajos, ni cerrados ni abiertos: la conclusión a la que muchas de las novias llegan después de organizar el estilismo para su boda, es que los zapatos son una elección complicada. Y es que hay dos tipos de novias: las que lo tienen claro desde un inicio y las que no saben cómo decidirse.
Una de las soluciones que ofrecemos (tanto para ceremonias de verano como de invierno) es la de optar por sandalias y otros zapatos abiertos como los mules o los slingback . Si la boda se celebra en un espacio estival como una playa, las sandalias son una opción ideal, tanto planas, en formato alpargata (al más puro estilo Reina Letizia) o con un poco de tacón. Si por el contrario el espacio permite un poco más de altura en nuestras suelas, las sandalias de tacón adornadas o los slingback con un ligero tacón, son perfectos para destacar sin renunciar a la comodidad que requiere ese día.
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Es el trabajo de un planificador estar preparado para lo inesperado y, sin embargo, nadie podría haberse imaginado que esa proyección incluyera una situación de pandemia global. Con la incertidumbre que rodea a las reuniones sociales en el futuro próximo, tanto los especialistas del sector, como las parejas, se ven obligados a tomar una decisión: posponer sus celebraciones o darle un giro a los planteamientos para casarse de una manera diferente. Los desafíos de planificar una boda en medio de una pandemia cambian constantemente, ya que las reglas y regulaciones se modifican con frecuencia (y varían según la ubicación). Por eso el objetivo debe ser el de convertir el sueño de darse el ‘sí, quiero’ en una versión que funcione con el clima actual. Hoy planteamos ideas, trucos y recursos decorativos que funcionan en los tiempos que corren. Regalar mascarillas a tus invitados Dado que las mascarillas son el complemento por antonomasia de 2020, si te casas este año puedes ofrecerlas como detalle a tus invitados. Personalizarlas es algo sencillo y, de este modo, se llevarán un recuerdo re utilizable (si las hacemos de tela) útil y práctico. Organiza los sitios en la ceremonia de forma estratégica A pesar de que tu lista de invitados haya disminuido, muchos estudios confirman que en la situación de pandemia en la que nos encontramos nos solemos sentir más cómodos cuando tenemos cerca a nuestra gente cercana. Durante la ceremonia puedes organizar las sillas (o los bancos o sillones) por grupos de cuatro o cinco personas, creando núcleos “ de confianza” más cerrados y seguros. Ofrece desinfección en cada rincón Uno de nuestros aliados en el día a día es el gel hidroalcohólico. Lo llevamos a todas partes y lo encontramos en tiendas, espacios públicos y puestos de trabajo. En tu boda, también debe estar presente. ¿La mejor idea? Decora cada rincón en el que ubiques estos productos siguiendo una línea coherente con el resto de la boda y demuestra que la adaptación total es posible. Sirve un menú emplatado
El modo en que la comida es servida puede condicionar la atmósfera y el ritmo de la jornada, así como el comportamiento de los invitados. Los menús que se ofrecen ya emplatados, se convierten en la forma más simple y efectiva de evitar aglomeraciones innecesarias. Las estaciones de comida, de momento, no son una opción. La tendencia camina hacia métodos de servicio de bajo contacto. Envía detalles online Una de las advertencias que más presentes tenemos en nuestra cotidianidad es la de evitar tocar superficies innecesarias. Por eso un rincón con detalles que los invitados puedan coger y dejar sin control no es la mejor idea. Si aún así quieres hacerles sentir especiales, no tienes porqué renunciar a ello. Decántate por alguna idea original que puedas enviarles por correo electrónico a posteriori (como una foto del día de la boda con un mensaje personalizado) o incluso hacerles llegar algún recuerdo físico a través de mensajería. Las tradiciones están para respetarlas y las normas, para cumplirlas. Celebrar una boda en época de Coronavirus nos obliga a adaptar ambas premisas y hacer de ese día, una jornada inolvidable, pero también segura. 17/8/2020 Los 'bridal looks' más alternativos y recordados de todos los tiempos (que siguen siendo tendencia)No todas las novias, el día de su boda, optan por el clasicismo y la tradición. Y si son celebrities tampoco. La diferencia y la oportunidad de expresar el verdadero ‘yo interior’ ha sido una constante a lo largo de los años, especialmente en las fechas más señaladas. Elizabeth Taylor fue esposa ocho veces y vistió casi de todo; desde un vestido tradicional de satén y encaje color marfil, de Helen Rose, para casarse con Conrad Hilton en 1950, hasta un vestido de seda verde para darse el ‘sí, quiero’ con Eddie Fisher nueve años después. Nuestro favorito, sin embargo, es el vestido babydoll de gasa amarillo que usó la primera vez que se casó con Burton, en 1964. Yoko Ono y Jane Fonda, por ejemplo, también optaron por minivestidos en sus bodas. Y el color también ha protagonizado más de una sorpresa en el mundo de las bridal celebs. Desde los años 50 hasta hoy, estos son los looks de novia alternativos que más nos han inspirado (y que siguen siendo tendencia). La estrella del cine se casó con el dramaturgo Arthur Miller el 29 de junio de 1956 en Nueva York. Monroe usó una falda lápiz, camisa y guantes en el juzgado para la ceremonia de cuatro minutos, y un vestido ajustado de Norman Norrell y un velo hasta la barbilla para la recepción de la boda en la casa de Westchester de Kay Brown, el agente de Miller, tal y como vemos en la imagen. Para su sexta boda en 1964, la primera de las dos veces que se casó con el actor Richard Burton, Taylor eligió un vestido amarillo mostaza con un tocado de margaritas en cascada que sigue inspirando a novias y estilistas de todo el mundo. Mia Farrow y Frank Sinatra se casaron el 19 de julio de 1966 en contra de toda la opinión pública del momento, que mantenía que la relación no tenía ningún futuro. Mia era 29 años más joven que él. Cuando se conocieron ella tenía solo 19 años y él 48. La diferencia de edad junto al moderno corte de pelo que lució la actriz el día de la boda, hicieron del evento una jornada comentada por prensa de todo el mundo. El peinado adelantaba un estilo Twiggy que sería muy popular en la época. El look constaba de dos piezas; sencillo y elegante. El vestido de novia más famoso de Audrey Hepburn es el de Givenchy que usó para su papel en Funny Face. Pero el look que usó para su segundo matrimonio, con el psiquiatra italiano Andrea Dotti, también se convirtió en icónico. La actriz se decantó por un minivestido rosa con cuello alzado de Givenchy. Como tocado, lució un pañuelo. Terminó el look con medias blancas, zapatillas de ballet y guantes. Si hay un vestido de boda icónico que no podía faltar en la lista, ese es, sin duda, el de Bianca Jagger. Para su boda en St Tropez con el líder de los Rolling Stones, Mick Jagger, el 13 de mayo de 1971, Bianca vistió Yves Saint Laurent de la cabeza a los pies. Con la chaqueta de corte bajo Le Smoking, famosa por haberla usado sin nada debajo, la falda midi y el sombrero con velo de ala ancha, se convirtió en la novia alternativa definitiva. La top model, empresaria y novia resueltamente discreta, Emily Ratajkowki, vistió un traje pantalón mostaza de Zara y un sombrero fedora negro para su boda con Sebastian Bear McClard, celebrada en Nueva York en 2018. ¿Su único guiño sutil a la tradición nupcial? El detalle de malla en forma de velo en su sombrero. La actriz protagonista de Orgullo y Prejuicio, eligió para su boda, en 2013, con el músico James Righton, un vestido de Chanel ruborizado que había usado anteriormente en los BAFTA de 2008, con una chaqueta corta de Chanel en la parte superior. Más tarde reveló que había tenido un segundo vestido Valentino personalizado para la ceremonia, que era largo y estaba decorado con flores rosas. |
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Enero 2021
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